Pasa... no por eso que dicen que no se puede estar peor, porque sí se puede. Pero cuando tenés esos momentos de bajón, donde tocás fondo, no queda otra que las cosas empiecen a mejorar.
Y así es, un lunes luego de un fin de semana con pocas alegrías te encontrás a esas piedritas lindas con las que compartís una cerveza y te vas a dormir borracha y con una sonrisa.
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